El nabo gigante.

Tenía la intención de titular el post "Enseñando a nuestros niños", "Libros para aprender a leer" o alguna chuminada por el estilo, pero finalmente he concluido que "El nabo gigante" atraería más visitas. Llámame básico...

Pero así es, la suspicacia y sobre todo las pollas y los chochos atraen muchas visitas. Así que si estás pértiga en mano o scratcheando tu clítoris te pido disculpas pero aquí no encontrarás lo que buscas... o sí. (1º Ley del Marketing, no dejes nunca escapar un cliente potencial).

Hoy he venido a hablar de mi libro. Bueno, no exactamente. Hablaremos de los primeros libros. No, no los primeros libros de la historia, si no de los primeros libros que se leen, libros infantiles, para aprender a leer, esos que tienen doce palabras por página y el resto es dibujo. Y yo y todos los de nuestra generación estaremos pensando en lo mismo. ¿Harry Mierda? Efectivamente y no, estoy hablando de TEO.

TEO... curre algo? 

ak ak ak, qué chispa!

A decir verdad no recuerdo si eran buenos o malos los libros de TEO, yo aprendía y leía más con los de buscar a Wally pero bueno, los libros sí los recuerdo. TEO va a la escuela, TEO en el circo, TEO en avión... vaya, eran eso, textos sencillos e imágenes cautivadoras para la mente del niño de turno. Correcto, sencillo y visual, sin dobles fondos, ni leer entre líneas ni perífrasis verbales. Cojonudo.

Y además nadie TEObligaba a leerla, 

podías pelártela sólo con las fotos.

Pero lo de ahora se ha vuelto un despadre de madre y muy señor mío! Por Dios... pero qué cosas... pero que ahora los niños pierden la inocencia antes que los dientes de leche, que no les puedes andar con dobles sentidos hombre, que se nos pervierten y se nos vuelven todos Charlie Sheen. Y otra cosa sí, pero que mis hijos lleven una vida mejor que la mía, ni muerto!

"Tenía una casa al lado de la playa, pero para ir a la playa había que pasar por delante de un bar. Nunca me bañé."

Juzguen ustedes los libros que ahora comenzaré a enumerar si no son el despiporre de la guarrada encubierta, y si es que soy yo que tengo la mente sucia prometo comprármelos todos pero en realidad será mentira. Por cierto, los libros que voy a poner son TOTALMENTE REALES y están en las estanterías de las librerías, no intentéis comprarlos en la lonja gilipollas que ahí lo más que hay son periódicos de ayer para envolver el pescao...

Primer ejemplo, nombra el hilo. Con todos ustedes: El nabo gigante

En principio iba a tratar de un nardo, pero estábamos en la misma

El nabo gigante! Da igual que luego verse sobre la hortaliza, cualquier niño que sepa leer se va a partir el culo con la portada y luego a lo mejor le rompe el culo a una amiga. 

¿no véis que estáis creando pervertidos con estos títulos? (no estoy seguro de si el nabo es una hortaliza, quizá debería leerme el libro).

En fin... no quiero ponerme carca en este post pero es que la cosa no se reduce a un título... el segundo ultraje a la infancia se titula: ¿De quien es este rabo?

En la imagen puede apreciarse claramente que el niño quiere un rabo que no es el suyo.

Habrá a quien le parezca normal, que la maldad y el lado erótico-festivo del asunto sólo se la encontramos los adultos. Yo, que he visto pijicrías de 15 años con la dignidad de Malena Gracia lo pondría seriamente en duda. El siguiente título ya no sé ni de qué otra forma puede ser entendido, con todos ustedes: Un dedo al año.

Sólo podría ser más desafortunado si en la parte de abajo rematara: "no hace daño..."

¡Un dedo al año! ¡UN DEDO AL AÑO! Pero qué coj... pero qué está pasando en este país con los títulos. Primero con la puta manía de cambiar los títulos de las películas extranjeras por uno que no tenga nada que ver, que esa es otra pero bueno es un tema para hablar en otro post... pero coño... joder no habrá títulos sin coger en los libros infantiles que tenéis que recurrir a estas marranadas?  En serio estoy como Emilio Botín cuando el BCE le metió una sandía por el culo: No doy crédito. (este es un chiste highlevel, para los economistas que me siguen)

El siguiente y por suerte último libro infantil que voy a mencionar no va a bajar el ritmo. Preparen todos sus respectivas zanahorias para: El conejito glotón

Incluso le han puesto una portada peluda, madre del amor herboso....

Sí señor... el conejito glotón... que las niñas sepan pronto que si no mantienen la madriguera húmeda el conejo  se muere y las zanahorias pierden su razón de ser (y su principal depredador, hablando siempre del animal).

Si no estáis tan escandalizados como yo hacédmelo saber, pero vamos... esto es para mear y no echar gota. No había visto cosa igual desde que lamí un calendario y al final no era de esos de lamer y me supo a mierda... dos veces me pasó. Con el mismo calendario.

Saludos y hasta el próximo capítulo del Doctor Divago!

Un saludo a la madre de Mario que nos estará leyendo.